Casa Beat & ChicBodas personalizadas en la ciudad, una nueva tendencia para quienes buscan diferenciarse

Bodas personalizadas en la ciudad, una nueva tendencia para quienes buscan diferenciarse

por Staff AM

En los últimos años, Santa Cruz ha visto florecer una nueva era en el arte de celebrar bodas, que trasciende lo convencional para transformarse en manifestaciones únicas de la esencia de cada pareja, donde cada detalle, desde la primera mirada hasta el último brindis, cuenta una historia propia. Esta transformación responde a una tendencia global que ha encontrado en la ciudad un terreno fértil para desarrollarse, con parejas que buscan experiencias auténticas, memorables y distintas a lo tradicional.

El Hotel Marriott Santa Cruz se ha convertido en un lienzo donde cada pareja puede pintar su propia celebración. Más que un espacio, es un cómplice que acompaña cada etapa del camino, desde el primer esbozo de la idea hasta el último destello de la fiesta, con una hospitalidad que combina escucha atenta y flexibilidad.

El crecimiento de la demanda de bodas personalizadas se traduce en un nuevo perfil de pareja: más participativa, más consciente de lo que quiere y, sobre todo, más interesada en vivir una experiencia completa. En este contexto, el hotel ha desplegado una infraestructura adaptable a múltiples formatos y estilos. Desde terrazas íntimas hasta salones de gran escala, los ambientes pueden transformarse completamente. Espacios como el Salón Río Grande, con 445 m² divisibles en cinco ambientes, o el Salón Mamoré, con vista panorámica hacia el Urubó, permiten desde ceremonias íntimas hasta recepciones de gran formato. También destaca el área de piscina del cuarto piso, cada vez más elegida para bodas al atardecer, pedidas de mano o celebraciones bajo las estrellas.

Una característica que marca la diferencia es la posibilidad de integrar varios espacios en una misma jornada, generando un recorrido fluido y coherente entre los distintos momentos del evento. Esta disposición ha sido clave en bodas destino, donde las parejas —muchas veces residentes en el extranjero— buscan comodidad, estética y ejecución impecable sin salir del lugar.

En el Marriott Santa Cruz se han celebrado bodas de todo tipo: religiosas, culturales, temáticas, íntimas y sofisticadas. Desde ceremonias cristianas o árabes hasta ambientaciones que evocan la naturaleza o tradiciones familiares. En todos los casos, el equipo del hotel asume el rol de facilitador: acompañar sin interferir, adaptarse sin imponer, y asegurar que cada decisión tomada por los novios se materialice de forma precisa y cuidada.

Las tendencias actuales refuerzan esta mirada. Las parejas priorizan celebraciones de entre 50 y 200 invitados, enfocadas en la experiencia más que en el volumen. La gastronomía se convierte en protagonista, con estaciones temáticas, menús inclusivos y uso de ingredientes locales. En cuanto a la estética, se imponen estilos orgánicos, minimalistas y con iluminación escénica cuidadosamente diseñada. Los horarios vespertinos permiten jugar con atmósferas, ritmo y narrativa, creando eventos con carácter propio.

Además de los servicios tradicionales, el hotel ofrece experiencias complementarias como habitaciones de preparación para novios, sesiones fotográficas en diferentes ambientes del edificio y paquetes de luna de miel que extienden la celebración en un entorno de privacidad, confort y atención personalizada.

“Cada boda es una historia distinta. Nuestro rol es acompañar sin interferir, estar presentes sin invadir, y facilitar que todo fluya tal como los novios lo imaginaron”, comenta Natalya Vanegas, Event & Group Manager del hotel.

La reciente experiencia de Viviana y Álvaro, una pareja boliviana residente en el extranjero que decidió volver a Santa Cruz para casarse, es solo uno de los ejemplos que reflejan cómo el espacio se adapta a diferentes contextos, necesidades y emociones.

El auge de las bodas personalizadas en Santa Cruz no solo marca una nueva forma de celebrar, sino también un cambio en la manera de habitar los espacios. Ya no se trata únicamente de casarse en un lugar bonito, sino de encontrar un escenario que abrace lo simbólico, lo íntimo y lo auténtico. Y en ese camino, el Marriott se convierte en un aliado clave para quienes buscan diferenciarse.

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