La artista argentina presenta un EP conceptual que combina sátira pop, ironía y autoconciencia, en una crítica vibrante a los estereotipos de género en la cultura pop.

Emilia regresó con nuevo material que todos estaban esperando. Desde su exitosa etapa de «.mp3», lanzado a fines de 2023, la mega artista argentina dejó una huella no sólo en Argentina sino en los escenarios internacionales, posicionándose como una de las artistas nacionales más significativas de la escena global. Es por eso que la espera de su nuevo material se convirtió en una cuenta regresiva clave hasta hoy, con el lanzamiento de «perfectas», un EP conceptual en donde abre su corazón y cuenta su verdad.»

A lo largo de once pistas (incluidos interludios que funcionan como capítulos), Emilia lleva al extremo los estereotipos que se le imponen constantemente: la bomba sexy, la jefa empoderada, el ícono de moda, la diosa impecable. Con una mezcla de sátira pop y emocionalidad cruda, perfectas no busca bajar línea, sino reflejar el desgaste que provocan esas exigencias absurdas. Lo que arranca como un juego brillante, termina como una confesión brutal: perfectas no es solo una crítica, es una descarga íntima.

El viaje arranca con “bunda”, un feat explosivo con la brasileña Luísa Sonza. Con base de funk carioca, reggaetón y electro-pop, el tema se mete de lleno en la obsesión por el cuerpo ideal, al borde de lo grotesco. Lo que parece un tema bolichero es, en realidad, una parodia afilada de los estándares de belleza imposibles. En el video, todo es exageración: Emilia y Luísa en una playa surreal, aplicándose un “aceite mágico” que transforma sus cuerpos en caricaturas absurdas. Glamour, Juicy Couture y duraznos para exponer la incomodidad de querer encajar sin saber para quién.

“Pasarella”, junto a Six Sex, arranca como un desfile de moda y termina como un cachetazo al consumismo. La canción refleja el cansancio de tener que “verse bien” todo el tiempo y lo poco auténtico que puede ser eso cuando la imagen lo es todo. El video transcurre en un shopping artificial, donde la obsesión por pertenecer se desborda en lo absurdo. Al final, Emilia y Six Sex se agotan, dejan las bolsas y se van. La escena final: una mujer mayor que las observa en silencio, sembrando la duda sobre todo lo anterior.

“Beautiful” toma el estereotipo de “ser linda y nada más” y lo lleva al extremo. La canción satiriza la obsesión con la perfección facial y la manera en que la sociedad reduce a las mujeres a su apariencia. En lugar de desafiar directamente esas expectativas, el tema las refleja hasta un grado absurdo, destacando el estereotipo de que la belleza viene a costa del intelecto, la profundidad o la individualidad.  En un vestidor repleto de modelos (con Valentina Zenere incluida), Emilia aparece maquillada y perfecta… hasta que se revela que no es otra modelo más: es la fotógrafa detrás de la cámara. La escena final, con una foto totalmente sobreexpuesta, funciona como metáfora: la belleza, llevada al extremo, puede volverse cegadora, vacía e inalcanzable.

“Servidora” lanzado el 30 de julio es un tiro directo a las exigencias que recaen sobre las figuras públicas. La canción canaliza la presión de estar siempre visible: esa idea de que, una vez que alguien se vuelve famoso, ya no merece privacidad ni espacio para equivocarse. Emilia encarna a una figura atrapada en contradicción: idolatrada pero constantemente cuestionada, obligada a soportar cada comentario, suposición e invasión como parte del trato. El video arranca con un cartel que pregunta “¿Cansada de no ser perfecta?” y muestra a Emilia caminando tranquila hasta que todo se descontrola: multitudes, flashes, merch, caos.

Y cuando parece que no queda nada más que decir, llega “perfectas”: el cierre, la autoconciencia. Emilia baja la guardia, reconoce que también cayó (y cae) en la trampa de los ideales inalcanzables. Dejando atrás la sátira y la superficie, Emilia pasa de la interpretación a la vulnerabilidad admitiendo su propia complicidad en la búsqueda de ideales imposibles. Aquí es donde la máscara se cae: una confesión sobre la inseguridad, el autosabotaje y el desgaste emocional de intentar estar a la altura constantemente. Como sugiere el título, “perfectas” resignifica la palabra, alejándola de estándares inalcanzables y redefiniéndola a través de la imperfección, el autoconocimiento y el perdón. Es el núcleo emocional del proyecto, un momento de claridad que conecta todas las canciones anteriores y revela el corazón del concepto. El video la muestra sola en casa, rodeada de trofeos, pantallas y cosméticos. Apaga la cámara, se saca el maquillaje y se permite ser, sin performance. Un abrazo consigo misma, un acto de ternura y rebeldía.

Con perfectas, Emilia no solo eleva su propuesta artística: la vuelve personal, incómoda, real y profundamente necesaria. Una obra que deja marca, incomoda y emociona, y confirma que su voz no solo representa a una generación—la está redefiniendo.