En una jornada inolvidable para el fútbol boliviano, la selección nacional logró el resultado más esperado: una victoria categórica sobre Brasil, que no solo reaviva los sueños del Mundial 2026, sino que además le permite asegurarse un lugar en el repechaje intercontinental. Con garra, estrategia y la fuerza de la altitud de El Alto, Bolivia sorprendió a todos y pisó fuerte en la carrera rumbo a la Copa del Mundo.
Desde el pitazo inicial, el elenco dirigido por Óscar Villegas mostró determinación. Aprovechando las condiciones geográficas que históricamente le favorecen, presionaron con intensidad y disputaron cada balón con coraje. El marcador se abrió gracias a Miguel Terceros de penal en el minuto 49 del primer tiempo se iba al descanso con el marcador y la ilusión de todo un país. Brasil, un gigante sudamericano acostumbrado a dominar estos duelos, quedó a merced del plan táctico de la Verde.

En el segundo tiempo, Bolivia supo manejar el ritmo del partido. Defendió con orden y atacó con verticalidad, capitalizando cada oportunidad. Los hinchas vivieron cada minuto como una final, conscientes de que aquel triunfo podía catapultar a su selección al repechaje intercontinental, lo que finalmente sucedió. La euforia se desató en las gradas y en las calles de La Paz, donde miles celebraron el histórico logro de su equipo.
Los números fueron 23 disparos a favor de Bolivia, con 10 a puerta, superior a Brasil, mientras que en la posesión, pases y precisión de pases, la verde amárela fue levemente arriba.
Gracias a este triunfo, Bolivia terminó séptima en la tabla de las Eliminatorias Sudamericanas, superando a Venezuela y asegurando el ansiado repechaje intercontinental. Este resultado abre una nueva etapa llena de esperanza para el país, que ahora peleará por uno de los dos últimos boletos que permiten disputar el Mundial 2026.

La victoria no solo representa un triunfo deportivo, sino un símbolo de perseverancia, de creer hasta el final. Los jugadores y el cuerpo técnico quedaron grabados en la memoria colectiva como los artífices de una jornada épica.
Ahora, Bolivia deberá preparar su próximo desafío: primero, enfrentar a Rusia el 14 de octubre, y enfrentar —a partido único y en sede neutral— a otra selección de otra confederación (Asia, África, Oceanía o Norteamérica) en busca del pasaje definitivo al Mundial. La ilusión continúa y el país entero sueña con estar en el gran torneo en 2026.